Cuando Pablo Iglesias se acordó de Nueva Izquierda para explicar la salida de Íñigo Errejón, no hacía sino recordar una lucha intestina izquierdista más. El líder de Podemos estaba acusando a su antiguo número dos y artífice de su escisión, Más País, ni más ni menos que de ser un traidor al servicio del PSOE. El Partido Democrático de la Nueva Izquierda fue una escisión dentro de Izquierda Unida a mediados de los años noventa del pasado siglo. Aquella corriente crítica, encabezada por antiguos dirigentes de IU como Cristina Almeida y Diego López Garrido, terminó por ser absorbida por el PSOE. Almeida terminó como candidata socialista a la Comunidad de Madrid y López Garrido llegó a ser portavoz parlamentario y Secretario de Estado con Zapatero. Más País sería para Iglesias, por tanto, un instrumento de promoción personal de Errejón para dar un salto al PSOE. Nada nuevo en la izquierda radical, con una tortuosa historia de divisiones, traiciones, acusaciones de tibieza, escisiones, uniones efímeras y frágiles alianzas siempre dispuestas a romperse. El intento de unidad con fórmula de Izquierda Unida a mediados de los años ochenta tan solo ha sido una oportunidad más de volver a mostrar la desconfianza entre unos y otros. Fagocitada por Podemos, algunos de cuyos líderes trabajaron con IU, actualmente es solo un acompañante de Unidas Podemos, otra alianza en proceso de desmantelación tras la salida también de los ecologistas de Equo a Más País, adonde también se han apuntados los valencianos de Compromís, antiguos socios eventuales de Podemos. Fundadores de IU Izquierda Unida se formó en 1986 al calor de las movilizaciones contra la OTAN. La unión que surgió por las movilizaciones en contra de la participación de España en la Alianza Atlántica. De sus organizaciones originales tan solo quedan el Partido Comunista de España (PCE), su columna vertebral, e Izquierda Republicana (IR), que llegó a salir temporalmente durante la etapa de Julio Llamazares como coordinador general de IU, como hizo el Partido de Acción Socialista (PASOC), que nunca regresó. Mucho antes se habían desvinculado otros de sus partidos fundadores, como el Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE), todavía en pie, o la Federación Progresista, ya desaparecida. El Partido Humanista y el Partido Carlista, también fundadores, solo duraron un año en IU. El Colectivo de Unidad de Trabajadores, andaluz, se marchó durante la gestión de Alberto Garzón, actual coordinador general y artífice del acercamiento a Podemos. Anticapitalistas Otras formaciones no existían hasta su ruptura del seno de IU. Así, Corriente Roja representó una vía de escape radical, primero dentro de la coalición y finalmente fuera. Durante un tiempo se unió con el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), una formación con viaje de ida y vuelta a IU, como ocurrió también con el Partido Obrero Revolucionario (POR) en los movimientos de fin de siglo. Izquierda Anticapitalista son otra rama surgida de una escisión interna de IU. Esta facción a la izquierda del PCE dejó la formación la pasada década para crear un partido autónomo. Miembro fundador de Podemos, no ha dejado de ser también de parte de su inestabilidad en su afán por marcar carácter propio. Una de sus líderes es la líder andaluza Teresa Rodríguez, crítica con Iglesias y gran valedora de la marca Adelante Andalucía para distanciarse de la marca Podemos. Regionalismos Otro de los puntos de ruptura de IU han sido las ramas regionales, siempre dispuestas a la autonomía respecto de la matriz. En Cataluña, País Vasco y Galicia, pero no solo, algunos divorcios han sido para siempre, aunque algunos rescoldos han sido reagrupados. En Cataluña, el Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC), fundador de IU, emprendió su propio camino con Iniciativa per Catalunya (ahora también verde, ICV). Esta ruptura llevó a la creación de otra escisión más, el PSUC viu, partidario de mantener los vínculos con el PCE y con IU. Esquerra Unida i Alternativa (EUiA) era el instrumento para conservar la presencia de IU en Cataluña; ahora electoralmente vinculada de nuevo con ICV (ICV-EUiA). A su vez, ambas están agrupadas en En Comú Podem, donde también suma Podemos, y están dentro de Unidas Podemos. Es decir, juntos de nuevo pero bien divididos y con la amenaza latente de ruptura en cualquier momento, aunque la alianza catalana liderada por Catalunya en Comú, de Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, no se han sentido tentados a marcharse a hacer Más País con Errejón. En el País Vasco, la escisión Ezker Batua-Berdeak (EB-B), ya desaparecida, se marchó para siempre. A su vez, se partió en Alternatiba, próximos a los batasunos. En Galicia también se fue para no volver Esquerda de Galicia, extinta ya. Liderada por el carismático líder comunista gallego Anxo Guerreiro, cometió el pecado mortal de apoyar a los socialistas gallegos, animado por los «traidores» de Nueva Izquierda de Cristina Almeida. Una acción que les valió la expulsión. La federación regional gallega, Esquerda Unida, formó parte de la alianza electoral En Marea, donde también estuvieron Podemos y los ecologistas de Equo. En Marea, casi desmantelada e irrelevante después del 28-A, ni siquiera Errejón los quiere en Más País los quiere con ellos a pesar de su ofrecimiento. Ecologistas Más País, sin embargo, sí ha conseguido la concurrencia de los valencianos de Compromís, coalición a su vez de otros partidos regionales de izquierda. Compromís llegó a participar electoralmente junto a Podemos, una alianza ya rota el 28-A y ahora sepultada. Los ecologistas de Equo, instrumento aglutinador de Los Verdes, y en cuyo germen había miembros de IU, han abandonado Unidas Podemos en favor de Más País. Ejemplo de nueva ruptura en la izquierda, Equo ni siquiera fue capaz de concurrir con ninguna coalición para las pasadas elecciones europeas por su fuerte división interna. Y se división se ahonda ahora más con la decisión de su representante en el Congreso, Juan López de Uralde, líder y fundador de la marca verde, de mantenerse fiel a Unidas Podemos. Por si no hubiera poca fractura, Equo, en todo caso, no participaría con Errejón en Cataluña,…
Via: La izquierda no se fía ni de sí misma: una historia de traiciones y divisiones
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