Donald Trump culminó este martes su cambio de guión sobre la epidemia del coronavirus, una crisis que apunta a costar la vida de, al menos, cientos de miles de estadounidenses. El presidente de EE.UU. aseguró hace una semana que el país estaría «en marcha» y las iglesias «hasta arriba» el domingo de Pascua, el próximo 12 abril. En febrero, cuando la epidemia contaba con pocos casos en EE.UU., pero ya se había extendido con fuerza en China y otros países de Asia, Trump dijo que para abril «cuando haga un poco más de calor, se irá como por milagro». La realidad de la epidemia, sin embargo, es tozuda y Trump pareció aceptarla por fin ayer en su rueda de prensa diaria, después de que en la última semana haya reconocido la severidad de la crisis y haya ampliado las directivas de distanciamiento de la Casa Blanca hasta el final de este mes. «Es una gran prueba nacional como no hemos tenido nunca», dijo sobre la epidemia, antes de que los doctores Deborah Birx y Anthony Fauci presentaran las duras proyecciones a las que se enfrenta EE.UU. En el escenario más optimista, con una implementación total de las medidas de mitigación de la epidemia, la cifra de víctimas estaría entre 100.000 y 240.000. En el peor de los escenarios, sin imponer medidas de mitigación -algo que no se ha hecho en muchas partes de EE.UU., o se ha hecho muy tarde- la proyección apunta hasta los 2,2 millones de muertos. «No es como la gripe, es despiadada», dijo el presidente sobre el coronavirus, aunque la semana, cuando parecía optar por priorizar la recuperación económica, defendió que la gripe común y los accidentes de tráfico también matan a miles de personas, pero por eso no se detiene un país. «No tenemos más opción», cambio ahora de criterio Trump sobre las medidas de contención de la crisis. «Quiero que todos los estadounidenses estén preparados para estos momentos, van a ser dos o tres semanas muy duras», dijo sobre los próximos días y el crecimiento de contagios, hospitalizaciones y muertes que se espera. «Quizá las más duras de nuestra historia». «Esto es difícil. La gente está sufriendo, la gente está muriendo», reconoció Fauci. «Pasar por esto es inconveniente desde el punto de vista social y económico, pero es la respuesta a nuestros problemas«, dijo sobre las medidas de distanciamiento. Trump, que mencionó a España y a Italia como los países donde peor lo está pasando, pasó de utilizar símiles de guerra a referencias bíblicas para explicar la epidemia: «Es una plaga, eso es lo que es», dijo el presidente, que habló de la situación crítica que se vive en Nueva York, donde el colapso médico ya se siente en lugares como el hospital de Elmhurst, en Queens, cerca de donde el se crió. De los cerca de 200.000 contagios confirmados en EE.UU., el país con más casos del mundo, cerca de la mitad están en el área metropolitana de Nueva York. «Subestimamos al virus», reconoció este martes su gobernador, Andrew Cuomo, en un ‘mea culpa’ poco habitual en política y al que Trump no se sumó. «Por la razón que sea, Nueva York empezó muy tarde», cargó Trump, que protestó contra las peticiones de Cuomo de envío de ventiladores a los hospitales del estado y que lleva semanas implorando por una respuesta federa a la crisis, que evite que los estados compitan entre sí -y con la propia Administración federal- para la adquisición de equipamiento médico y protecciones, como mascarillas o guantes. Pero los problemas de EE.UU. con la epidemia van mucho más allá de la Gran Manzana. Birx citó a ciudades como Detroit, Chicago y Nueva Orleans y al estado de Massachussetts como nuevos brotes preocupantes El presidente insistió en que su respuesta a la epidemia ha sido rápida y «mejor que la de nadie», pero cedió el podio a los expertos médicos cuando se le preguntó si se hubieran evitado al menos cien mil vidas si se hubieran tomado medidas antes. Birx trató de evitar la respuesta y Fauci, la voz más prestigiosa en EE.UU. sobre la lucha contra el coronavirus, reconoció que si se hubiera sabido que había casos circulando, «la respuesta es “sí”».
Via: El mejor escenario para EE.UU. podría ser 240.00 muertos y Trump habla de «plaga»

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