El jefe de Gabinete de Donald Trump, Mark Meadows, aseguró ayer sobre la gestión de la crisis del Covid-19 que «no vamos a controlar la pandemia». Lo dijo en una entrevista en CNN, donde añadió que «lo que vamos a controlar es el hecho de que tengamos acceso a vacuna, terapias y otro tipo de mitigación». La declaración de Meadows refleja la posición que ha tomado la campaña de Trump sobre las precauciones ante el Covid y la propia experiencia del presidente de EE.UU. con la enfermedad. Trump ha organizado mítines multitudinarios desde finales de agosto, en los que no se exige mascarilla ni distancia social, apenas se le ha visto con la protección facial y no la ha impuesto en la Casa Blanca. El propio presidente se contagió el mes pasado y fue hospitalizado durante tres días, en los que fue tratado con dos medicamentos experimentales, además de remdesivir, el único fármaco aprobado hasta el momento contra el virus. Sin embargo, las palabras de Meadows son un regalo para la campaña de Joe Biden, que va por delante en las encuestas, aunque con muy poca diferencia en varios estados clave. Llegaban a nueve días de la elección presidencial, con el Covid como una de las principales preocupaciones de los estadounidenses y en medio de un nuevo repunte de casos, con el que este fin de semana se ha batido el récord de contagios diarios, con más de 85.000. En ese contexto, ayudan a compensar el salvavidas que Biden lanzó a Trump en el debate del pasado jueves, cuando respondió con un «sí» a la pregunta de si cerraría la industria del petróleo. Biden después aclaró que se refería a eliminar los subsidios, pero el patinazo será utilizado en su contra en estados clave muy dependientes del sector energético, como Texas y, sobre todo, Pensilvania. «Esto no fue un resbalón de Meadows», reaccionó Biden en un comunicado. «Es un reconocimiento sincero de lo que ha sido la estrategia del presidente Trump desde el principio de esta crisis: mostrar la bandera blanca de la derrota y confiar en que, ignorándolo, el virus simplemente desaparecería». La declaración de Meadows se producía el mismo día en el que se conocía el positivo de Marc Short, jefe de Gabinete del vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, y de varios de sus ayudantes. Pence, sin embargo, no hará cuarentena y seguirá con sus apariciones de campaña. Ayer tenía previsto un mitin por la noche en Carolina del Norte, después de haber estado en Florida en la víspera. La permanencia de Pence en campaña se debe a que es un «trabajador esencial». La vacuna Pese al aumento significativo de casos, Trump aseguró ayer en un mitin en New Hampshire que el país «está superando» la crisis y puso énfasis, en la línea de Meadows, en la obtención de una vacuna «que va a ser distribuida rápido». «Eso acabará con la pandemia de forma rápida, aunque está acabando en cualquier caso», dijo, contra lo que muestran los números y contra la opinión de los expertos, que no sitúan un acceso generalizado a la vacuna hasta mediados del año que viene. «Queremos que vuelva la vida normal», dijo ante los vítores de sus seguidores. Sobre la vacuna, Anthony Fauci, la autoridad médica en enfermedades infecciosas en EE.UU., aseguró ayer en una entrevista en la BBC que los resultados sobre la seguridad y efectividad de la vacuna llegarán «a finales de noviembre o principios de diciembre». Aclaró que la vacunación de una «parte sustancial de la población» que permita un «impacto significativo» en la pandemia no será posible hasta el segundo o tercer trimestre del año que viene.
Via: Mark Meadows, la mano derecha de Trump: «No vamos a controlar la pandemia»
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