El hombre avanza por la vereda a la sombra envuelto en la vegetación, lleva su bastón de ciego en una mano y el brazo de una amiga, de báculo, en la otra. De repente frena en seco. “Ahora empezaréis a ver muchos bolos en el paisaje”, anuncia al grupo, cuatro mujeres y un hombre que se quedan con la boca abierta. No por lo impresionante que es el panorama, que lo es, sino por el hecho de que el guía, que no ve, sepa el punto exacto del camino en el que se topa. Porque, efectivamente, allí mismo, a dos metros, emergiendo entre viñedos, hay uno de esos bolos: descomunales rocas redondeadas en equilibrio milenario sobre las laderas empinadas de la Ribeira Sacra. El guía ciego, y también sordo, se llama Francisco Javier Almuíña, aunque hay quien le llama Romualdo, por el nombre de la casa de turismo rural que regenta con su esposa desde 1997 en Vilela (Taboada, Lugo), construida en el siglo XVI por sus antepasados.Seguir leyendo.
Via: El guía ciego de las laderas del Miño
Categories: Spanish News