Una joven se desplaza en metro al trabajo. Entre sus manos, un móvil reproduce su playlist favorita por los auriculares. El vagón se llena de gente y ella sube el volumen para ahogar el ruido. Entonces la música se desparrama por el vagón y retumba en su oído interno, produciendo un daño irreversible del que no se percata. Ella representa al “oyente medio” de los dispositivos reproductores de música, según el último análisis de la Organización Mundial de la Salud (OMS): una persona acostumbrada a escuchar sonido por los auriculares entre 75 y 100 decibelios de volumen. Esta práctica se ha convertido en un problema global de salud pública, alertan los expertos, porque a partir de los 80 decibelios, es peligroso.Seguir leyendo.
Via: Los cascos a todo volumen perjudican para siempre su audición
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