Escasa afluencia a Mingorrubio en el primer 20-N con Franco fuera del Valle de los Caídos

Un goteo de seguidores, curiosos y colaboradores de Francisco Franco han pasado esta mañana por el cementerio de Mingorrubio en el primer 20 de noviembre con los restos del dictador fuera del Valle de los Caídos. En una fría mañana de noviembre, las puertas del recinto se abrieron a las nueve de la mañana, pero hasta las diez no llegaron los primeros visitantes. Hasta entonces, tres coches de la Policía Nacional dentro del cementerio con ocho agentes, y dos fuera, vigilaban que esta primera conmemoración del fallecimiento del dictador se desarrolle con total normalidad. A lo largo de la mañana, y posiblemente como consecuencia de las bajas temperaturas y de ser jornada laboral, la afluencia era escasa. Quizás, la mayor aglomeración se espera al mediodía, después de la misa de las once en el Valle de los Caídos, ya que el público que asistirá llegará a Mingorrubio para honrar la memoria de Franco. En el cementerio aseguraban que la familia Franco llegará al filo de las dos de la tarde, y a las siete, se celebrará una misa en el Pardo. Normalidad en el Valle de los Caídos El primer 20 de noviembre sin los restos de Francisco Franco en el Valle de los Caídos ha transcurrido con normalidad en el escenario que hasta hace un mes albergó sus restos, pese a la afluencia de más de cien personas a la misa en la basílica, en la que el cura ha calificado de «injusticia» que no se permitan actos litúrgicos en honor al dictador. Según informa Efe, a las diez de la mañana, hora de apertura del recinto, una decena de vehículos esperaban en la puerta el acceso al complejo, donde la Guardia Civil había desplegado a una decena de agentes encargados de evitar incidentes en la fecha en la que se cumple el 44 aniversario de la muerte de Franco. Los asistentes al acto litúrgico han portado ramos de flores y coronas que han dejado en la tumba de José Antonio Primo de Rivera y, en menor cantidad, en el espacio que antes ocupaba la tumba de Franco. Todos estos recuerdos portaban la bandera de España, y los colores de la Falange en algunos casos. El frío no ha sido impedimento para que más de un centenar de personas ocuparan los bancos de la basílica para asistir a la misa en honor a «José Antonio, Francisco y todos los caídos», según el monje encargado de oficiarla, que no era el prior Santiago Cantera.
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