Nuestra democracia vive tiempos azarosos. La deslealtad de las autoridades catalanas para con la Constitución y el sistema de convivencia en ella diseñado ha forzado al Gobierno de la nación, con el apoyo de las principales fuerzas políticas del país, a proponer una intervención tan drástica como carente de precedentes en nuestra reciente experiencia democrática.Seguir leyendo.
Via: Entre todos

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