Vivimos en una época en la que el turismo masivo hace que algunos de los lugares más extraordinarios del planeta, como Venecia, agonicen de éxito. Según el momento del año, visitar el Museo del Louvre en París o la Capilla Sixtina del Vaticano puede ser una tortura o un placer. Antes de viajar en julio a Nueva York había leído en algún lugar que el gentío había empezado a quitar al High Line su encanto. Pero el temor era infundado. Nueva York es tan grande y tiene tantos atractivos que, salvo en Times Square, uno no siente el agobio de las aglomeraciones.Seguir leyendo.
Via: Manhattan a nueve metros de altura
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