La visita de Juan Guaidó a la Casa Blanca la semana pasada ha dado unos renovados ánimos a los opositores al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, muchos de los cuales viven en Estados Unidos. Hace un año, Guaidó acababa de jurar el cargo de presidente encargado y parecía que la caída del régimen era inminente, dadas las repetidas advertencias por parte de EE.UU. del uso de la fuerza. El año pasado acabó, sin embargo, con la oposición dividida y el riesgo de perder el control de la Asamblea Nacional por una campaña de sobornos orquestada por Maduro. Pese a ello, la oposición resistió y ahora vuelve a estar unida tras la figura de Guaidó, que ha culminado una visita a Europa y Norteamérica donde ha sido recibido como jefe de Estado de su país por todos los mandatarios menos Pedro Sánchez en España. El representante de Venezuela elegido por Guaidó y la Asamblea Nacional en EE.UU. es Carlos Vecchio (Caripe, 1969), un veterano político que huyó de la persecución del régimen en 2014 y que en un año ha tejido una red de contactos y apoyos en la presidencia, la diplomacia y la inteligencia de EE.UU. Fue él quien organizó la visita de Guaidó a Washington, y quien le acompañó en su visita al Despacho Oval. ¿Qué balance hace de la visita del presidente encargado Juan Guaidó a Washington? Se reafirma el liderazgo de Juan como presidente interino legítimo de Venezuela y se reafirma el compromiso del mundo libre para presionar para salir de la dictadura. Cuando Maduro da una entrevista al Washington Post en la que pide mediación y negociación, ¿cuál es la narrativa que trataba de venderle a su grupo íntimo, a los miembros de la Fuerza Armada y a los rusos? Que este proyecto de Guaidó ha fracasado, que es el pasado, que es un títere, que esto no funcionó, que él, Maduro, controla el país, y con quien se tienen que entender es con él. Por eso le pide un diálogo a EE.UU. Esa entrevista coincide con la aparición del presidente interino Guaidó en Colombia y sus primeras reuniones con el presidente Iván Duque, los cancilleres de la región, y con el secretario [de Estado norteamericano Mike] Pompeo. Después sigue la gira por Europa y por Canadá y EE.UU. Eso desmonta la manipulación que Maduro había querido venderle al mundo, a los rusos, a su círculo íntimo y a la Fuerza Armada. El régimen trató de contratar a un lobby aquí en Washington para sortear sanciones. Y fíjese que para firmar ese contrato el régimen estaba usando el procurador [Reinaldo Muñoz], que es la persona que todavía no ha sido sancionada. Maduro montó una narrativa que se cae con la visita de Guaidó y que tuvo su primer episodio primero al nivel interno. Maduro prometió a los rusos que él iba a tener control del Parlamento venezolano. Llegó a ofrecer a algunos diputados más de un millón de dólares como soborno para que no votaran a Guaidó. Le prometió a Rusia que iba a controlar el Parlamento y así iba a controlar los contratos petroleros para poder asignarlos. ¿Por qué no lo lograron? No pudieron por la audacia, el valor y el coraje del presidente interino, junto con los otros diputados que evitaron el asalto al Parlamento. Sólo logró la unificación nuestra y poder reelegir al presidente Juan Guaidó. Finalmente fue juramentado y eso nos da esa legitimidad interna y nos hace ganar de nuevo la iniciativa. Organizar la gira internacional de Guaidó debió ser complicado. Necesitábamos tener seguridad de que el presidente pudiera salir de Venezuela de manera segura, algo que no es una operación fácil. Una vez ya teníamos la seguridad de que el presidente estaba en el sitio seguro en Colombia comenzamos las confirmaciones de todo. La visita a la Casa Blanca se gestionó con gran secretismo… Tuvimos la oportunidad de construir esto por lo menos por dos semanas y se mantuvo en secreto. Creo que generamos el efecto que nosotros estábamos buscando desde el punto de vista político y comunicacional, el factor sorpresa. Culminó con un episodio histórico, que es la presencia del presidente interino Juan Guaidó en el discurso del Estado de la Unión. No creo que haya pasado con un presidente latinoamericano en la historia. Y luego el respaldo del presidente Trump, con las palabras que utiliza, que son muy poderosas, que manda un mensaje muy claro al mundo, a la coalición, a quienes están apoyando a Maduro. Sí hubo un aplauso de los dos partidos, republicano y demócrata, a esas palabras de Trump. Es un apoyo que no sólo viene del poder ejecutivo y el liderazgo, claro, del presidente, sino también el Congreso, el poder legislativo, apoyando una causa. Pero también es un mensaje claro de que esto es en serio, que esto es una política de Estado y que EE.UU. va a ejercer la mayor presión posible para que nosotros tengamos una región en paz y sin dictadura. Y creo que es un reconocimiento, no solo al presidente interino, sino también a quienes hemos venido luchando dentro de Venezuela, quienes han visto morir a sus familiares, a los presos políticos, a quienes se han visto obligados a dejar a Venezuela por la crisis. Es un reconocimiento a eso y esa ovación de los dos partidos es hacia el pueblo de Venezuela, de mandarle un mensaje a su pueblo de que estamos con ustedes. Durante la visita de Guaidó, «Trump mandó un mensaje muy claro al mundo» Usted estuvo en la visita a Trump en el Despacho Oval. ¿Qué les dijo el presidente que no se sepa? No puedo contarlo todo, lógicamente. Pero la reunión duró una hora y estaba previsto que durara menos de una hora. Una reunión con un presidente de una hora no es una reunión para una foto, es una reunión de trabajo. Luego de eso nos pidió el presidente Trump que completáramos algunos detalles con su equipo en la sala del gabinete de…
Via: Carlos Vecchio: «El caso Delcy es la prueba de que el régimen de Maduro es tóxico»
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