«Yo me quedo en el bosque», dice Amaya, que mañana cumple 3 años y que por fin este domingo disfruta de su primera salida a la calle en 42 días. No es un bosque, claro, apenas una limitada isla ajardinada en una calle del distrito de Ciudad Lineal, en Madrid. Pero sí es lo suficiente para poder perseguir a los gorriones junto a su hermana, Olivia, de 7 años, antes de que su madre mire el reloj y decida que es hora de volver a casa. Desde las 9 de la mañana y hasta las 9 de la noche, los niños de entre 0 y 13 años pueden salir de su confinamiento estricto con un paseo de una hora al día, en un radio de un kilómetro desde su domicilio y acompañados de un adulto que conviva con ellos. Muchos de los casi seis millones de menores a los que afecta la medida han podido ya disfrutar de ello, en un día que ha servido para desfogar la energía acumulada tanto de hijos como de padres, en un ensayo general para lo que vendrá en las próximas jornadas. Amaya y Olivia «echaban de menos respirar aire», cuentan, y han estado planeando desde hace días cómo sería la salida. «La mayor quería salir con los patines, pero necesita mi ayuda y quería estar pendiente también de la pequeña, así que al final hemos elegido algo que pudieran llevar ellas solas», dos patinetes, cuenta su madre, Silvia. Para ella también es la primera salida, ya que su marido es quien se ha encargado de los recados de la casa desde que se decretara el estado de alarma. Ahora ella dará el paseo diario con las pequeñas, aunque le cederá el privilegio en fin de semana a su marido. Por ahora han salido sin mascarillas, a Silvia le ha sido imposible encontrar infantiles. Pero todas conocen bien las normas. También Irene, de 8 años. «No tocar nada, no acercarme a nadie y no quitarme la mascarilla», recita la joven, que va acompañada de su padre y sus dos hermanas mayores. «Me apetecía ver la calle», reconoce. La familia paseaba a las 11 de la mañana, sin rumbo fijo, buscando arbolado y poca gente. Por ahora, sin juguete. «Hoy al ser el primer día sales un poco estresado», dice su padre, Carlos. Este primer día es un ensayo. Los dos padres Lo mismo ha ocurrido con Antonio y Alba, de 9 y 7 años, custodiados por su padre Daniel. «Hoy queríamos ver cómo era, antes de bajar juguetes», explica el progenitor, que utiliza el paseo para hacer una pequeña compra. Aunque la mayoría de familias cumple las normas, en Ciudad Lineal también se ven padres que han aprovechado el paseo en bici de sus hijos para enfundarse la ropa de deporte y correr. Y otros, familias con al menos dos hijos, que pasean separados por unos metros, de dos en dos. El padre con un hijo, y la madre con otro. «Una hora de paseo no creo que la completemos, no hay mucho que hacer con los parques cerrados», dice Mónica, que va en cabeza de su propia procesión, acompañando a su hijo Marcos, de 11 años. Por detrás va su marido con el segundo vástago. «No hemos bajado ningún tipo de documentación, pero vamos, si nos la piden nos acercamos a casa, está cerca», reflexiona. En Almansa (Albacete), una pequeña ciudad con poco más de 24.000 habitantes, la euforia de los niños se ha contenido hasta más tarde de las 12 de la mañana, ya que hasta esa hora seguían activas las tareas de desinfección de las calles. Aun así, una pareja de madre e hija madrugadoras ha decidido salir a las 10.30 para «andar un poco». La pequeña, de 10 años, «se ha levantado deseando y se ha puesto la ropa corriendo para ir a la calle». Otra familia almanseña ha aprovechado su paseo para llevar algo de comida a sus abuelos. «Va mi mujer con mi hija mayor detrás y yo voy con la menor, de 9 años, delante», declara José. «Teníamos ganas de estirar las piernas y de esta manera -dice- podemos hacerlo todos, aunque solo sean unos pocos metros». La hora punta ha llegado a las 12, cuando los tractores que desinfectan las calles han sido sustituidos por patinetes, bicis y niños que han aprovechado los 19 grados que marcaba esta mañana el termómetro para dar sus primeros pasos en libertad después de 42 días. De no ser por la temperatura, «la de hoy parecería una mañana de reyes», señalan algunos vecinos.
Via: El primer paseo de los niños tras seis semanas: «Echaba de menos respirar»
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