En su comparecencia parlamentaria del 26 de mayo, a Rosa María Mateo se le escapó el célebre lapsus de Radio Televisión Espantosa. Parecía que sería su despedida, pero la situación sigue encallada en la corporación pública, donde la «administradora perenne única», como dijo Guillermo Díaz (Ciudadanos), ha sobrepasado ya los dos años de «provisionalidad». Este viernes, en el Senado, ha vuelto a demostrar que no se siente cómoda en estas sesiones de control, pero que ha aprendido a lidiar con ellas. Como mímimo, Mateo ya no se queja del mecanismo, ni siquiera cuando en una de las pocas ocasiones en que apuró su tiempo (dos minutos y medio por pregunta), le cortaron sus respuesta en seco cuando hablaba de las razones del déficit. La máxima responsable de RTVE recordó que entre 2012 y 2016 las pérdidas fueron mayores, luego «se pudieron sanear cuentas, pero la situación se complicó a partir de…». Y nos quedamos con las ganas de conocer las causas, supuestamente uno de los motivos para organizar estas comparecencias. Esa falta de tiempo para lo importante contrasta con todo lo que se pierde para la galería. En realidad, la sesión (en el momento de redactar estas líneas no ha terminado) no es muy diferente de las anteriores, en un déjà vu cansino: Rosa María Mateo se ha enzarzado con los políticos de la oposición, en un tono cada vez más agrio (la han llamado irresponsable y soberbia, además de culparla de la manipulación política), hasta que han llegado las «preguntas» de los diputados del PSOE. A falta de dudas sobre la gestión, estos aprovecharon su intervención para criticar al PP o incluso la gestión de Canal Sur. Audiencia a la baja El momento culminante llegó con las preguntas de la diputada popular Amelia Salanueva, que se centró en los datos de audiencia. «Va a pasar a la historia por los mínimos históricos y por su irresposabilidad aboluta», le dijo a la administradora, quen no perdió la calma: «Me da igual cómo voy a pasar a la historia». «Esperamos tener buenos resultados con los estrenos que aún nos quedan», añadió. «No hay una formula que garantice el éxito. Tenemos productos que han triunfado fuera y aquí no, como la serie “This is us”. No vamos a renunciar a otros como “Prodigios”, que nos dan prestigio y reconocimiento aunque no alcancen grandes resultados. Esto es la televisión pública y es lo que defendemos». En sus distintas respuesas, no siempre consecuencia de las preguntas recibidas, Mateo insistió en el «gran paso» que ha supuesto adelantar el inicio del «prime time», el horario estelar de noche, donde más público se acumula. La directiva afirmó que asumen el riesgo que supone (ya lo intentó RTVE no hace mucho tiempo y tuvo que rectificar) porque «hay que anteponer la concilicación familiar y laboral a los datos». La renovación del consejo y de la propia presidencia de RTVE ha vuelto a ser uno de los asuntos estrella. Andrés Lorite, del PP, ha preguntado a Mateo cuándo piensa dimitir. «Va a pasar a ser la musa de la transición a la liquidadora de RTVE», le dijo, entre otras lindezas, como que había establecido «un nuevo NODO». La estrategia de respuesta también la habíamos visto en sesiones anteriores: el contraataque. «¿Cuando van ustedes a decidir sobre el consejo de administración?. La pelota sigue de tejado en tejado. Manipulación Para la comparecencia, su resumen de la situación en RTVE es que «falta una pieza clave, un modelo de financiación seguro» y que «la independencia de está mas arraigada que nunca» en los informativos. «Se acabó la manipulación que en otros tiempos denunciaban nuestros trabajadores. Ni yo ni mi equipo hemos recibido instrucciones de ningún partido ni de ningún gobierno, pero no está escrito que esto sea así para siempre», dijo Mateo, que recibió a su vez un aluvión de ejemplos de (supuesta o no) mala praxis en los telediarios. Si la sesión sirvió para controlar algo, está por ver. Sobre el bloqueo del concurso público, no hubo grandes avances, aunque Guillermo Díaz (Ciudadanos) ilustró la posible salida de la administradora: «Le recuerdo que la ley prevé su cese si se supera en un porcentaje la deuda», si la desviación presupuestaria es igual o superior al 10%. La propia Mateo admitió que esperan cerrar 2020 con unos 50 millones de déficit, «36 por el IVA no deducible y el resto por efectos del Covid».
Via: Rosa María Mateo: «Me da igual cómo voy a pasar a la historia»
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