Malestar, incertidumbre, miedo. Hace días que un amasijo de emociones invade a los madrileños. Doce horas después de la entrada en vigor de las últimas restricciones, que evocan el sabor amargo del primer confinamiento y la enrevesada desescalada, la capital y otros nueve municipios de la región despiertan embarrados en las mismas sensaciones. Al margen de la salud, la economía es la principal afectada por la segunda ola del coronavirus; sus lugartenientes, los pequeños empresarios y comerciantes, los más perjudicados. «No quiero hacer declaraciones, todo es absurdo», son las primeras palabras del dueño de una zapatería con más de 50 años de historia, en la calle del Arenal. No obstante, se arranca a hablar: «Las restricciones eran mejor antes, ahora podemos ir a Vallecas, los de Vallecas pueden venir aquí… Podemos ir de zonas contaminadas a no contaminadas», critica. Bastan unos pasos desde su tienda para alcanzar la sede del Gobierno madrileño, en la puerta del Sol, donde en las últimas semanas se han ordenado distintas medidas sanitarias para atajar los crecientes contagios. De los «confinamientos» selectivos para perimetrar las 45 zonas básicas de salud con mayor incidencia del virus, una estrategia del Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso, al «cierre» de diez municipios con más de 100.000 habitantes y 500 contagios en los últimos 14 días, siguiendo los criterios del Ministerio de Sanidad. Pese a que Sol ha recurrido la orden, desde las diez de la noche de este viernes la ciudad de Madrid junto a Parla, Fuenlabrada, Alcobendas, Torrejón de Ardoz, Getafe, Alcorcón, Leganés, Móstoles y Alcalá de Henares están sometidos a nuevas limitaciones. Ya hacen mella. «¿Que si se nota? Se nota muchísimo», aseveraba esta mañana Ángel, vendedor de zapatos desde hace nueve años. Es sábado y apenas hay movimiento en una de las vías que desemboca en el kilómetro cero de la capital. «Si no vendo, no como, en los comercios vamos a comisión. Y la gente tiene mucho miedo a comprar, a salir; los comercios se van al traste», zanjaba este hombre de 59 años. Las últimas medidas sanitarias restringen el aforo de los locales al 50 por ciento y el cierre a las 22 horas, pero son las limitaciones de movilidad las que hacen el mayor daño. Ángel posa en su tienda para ABC – I. PERMUY «No entra nadie» «Da igual estar abierto o cerrado, desde hace tres o cuatro días está todo muy mal, ayer no entró nadie. Influye mucho el miedo», explicaba Carmen, que regenta una joyería desde 1999. «La gente no tiene ganas de comprar, y menos a nosotros, estamos al final de la cola. Y el precio del oro ha subido muchísimo, porque es un valor refugio», esgrimía. Cuenta con la única ayuda del propietario del local, que por ahora le ha perdonado el 50 por ciento del alquiler, aunque no sabe cuándo deberá devolverlo. «Un sábado esto tendría que estar lleno», lamentaba Patricia Martí, en una tienda de camisetas. La marca gozaba de cuatro locales en pleno centro de la capital, pero el Covid se ha llevado tres por delante, en un negocio que depende prácticamente del turismo. «La otra tienda en Sol hacía entre 2.000 y 3.000 euros al día y en una semana se cerró. No se podía mantener con 200 euros», explica la joven. El lema ahora es «intentar aguantar hasta Navidad». Sin embargo, el daño económico es evidente. La Comunidad ha estimado que estas restricciones generarán pérdidas de 750 millones de euros y destruirán 18.000 empleos cada semana que continúen en vigor. La hostelería, muy afectada Pese a ser la primera mañana bajo restricciones, hace tiempo que los pequeños empresarios temían lo que se venía encima. Sobre todo, los bares y restaurantes, principales víctimas de la crisis sanitaria. Hace apenas una semana, el Bar El Tres se atrevió a abrir sus puertas, tras seis meses de candado. Pero ha chocado con las nuevas medidas: la barra no se puede utilizar, el aforo queda limitado a la mitad tanto en la sala como en la terraza y deben cerrar a las 23 horas. «Si sigue así, seguramente vamos a volver a cerrar pronto», lamentaba una de las empleadas, Juliana Valaudic. Juliana posa con dos cafés durante la primera mañana con restricciones en toda la capital – I. PERMUY «A partir de hoy se va a notar mucho. La gente ya no come en el bar y tampoco da tiempo a cenar», contaba. Es una de las dos trabajadoras (en total, son seis) que la dueña ha sacado del ERTE y solo le queda esperar lo mejor. Al mediodía, la única pareja que disfrutaba de un café aprovecha para compartir su opinión. No es distinta: «Es un despropósito, la economía así no aguanta», declara la mujer. La pandemia pesa.
Via: Las restricciones acorralan al pequeño comercio de Madrid: «Si seguimos así, volveremos a cerrar»

Categories: Spanish News

Related Posts

Spanish News

Pedro Sánchez corrige: pedirá 140.000 millones a la UE y no sólo los 70.000 de inversiones

El Gobierno había apuntado que los otros 70.000 millones en préstamos tal vez no se pedían y se servían sólo de las ayudas directas Leer Via: Pedro Sánchez corrige: pedirá 140.000 millones a la UE y Read more…

Spanish News

Estado de alarma: ¿Puedo viajar entre comunidades?

Pedro Sánchez ha pedido a los ciudadanos que limiten al máximo sus movimientos y ha aclarado que los viajes entre comunidades dependerán de las decisiones que tome cada gobierno regional Leer Via: Estado de alarma: ¿Puedo Read more…

Spanish News

Pablo Casado propone un estado de alarma de ocho semanas pero el Gobierno insiste en seis meses

El líder del PP cree que así se puede “salvar la campaña de Navidad” y exige una reforma exprés de la Ley de Salud para que las CCAA limiten la movilidad sin alarma Leer Via: Pablo Read more…