Arde la casa donde mataron a Asunta Basterra

Las llamas han quemado la parte baja del chalet de Teo (La Coruña) en el que en septiembre de 2013 los padres de Asunta mataron a su hija. El incendio, cuyas causas se están investigando, afectó de lleno a la familiar de los Porto, que lleva en venta desde el crimen de la menor. Según la información facilitada por el CIAE 112, el fuego se declaró al filo de las 3.00 horas de la madrugada y calcinó buena parte del inmueble, situado en A Póboa. Fueron unos vecinos los que alertaron de la situación, porque en el chalet no vive nadie desde la muerte de los padres de Porto. Tras su fallecimiento, ella y su marido, también condenado a 18 años de prisión por el asesinato de la menor, se ocupaban de ventilarla y mantenerla a punto. Pero desde su ingreso en la cárcel, el abandono y la maleza fueron ganando terreno a espera de un comprador que no acaba de aparecer. Para dilucidar las circunstancias del incendio, miembros de la Guardia Civil se desplazaron este domingo a la vivienda para tomar muestras ante la posible apertura de una investigación. Sobre los daños ocasionados por el fuego, todo apunta a que las llamas afectaron a la planta principal y también a la estructura de la vivienda, de más de 400 metros cuadrados útiles. Ubicada en una gran finca de unos 10.000 metros, la vivienda consta de cinco habitaciones, cinco baños y cuatro salones. En su exterior dispone de piscina, pista de tenis y bodega, aunque en mal estado de conservación. El precio inicial de venta llegó a rondar el millón de euros, aunque poco a poco fue devaluándose. En los últimos tiempos, la vivienda había sido objeto de robos y algunos vecinos informaron de que grupos de okupas accedían a ella en ocasiones, lo que daría cuenta del estado de deterioro en el que se encuentra. El papel que la vivienda jugó en el crimen de la niña no es menor. Según quedó probado en el juicio celebrado en 2016 en la Audiencia provincial de La Coruña con sede en Santiago, los padres de Asunta la llevaron allí unas semanas antes de su muerte para hacer un primer intento o ensayo del asesinato. Los accesos y salidas registrados por el sistema de alarma de la casa los delató, aunque ellos mantuvieron en todo momento que habían ido allí a ventilar las habitaciones. Esta vivienda, que retrata el nivel de vida de la familia de la abogada, siempre será recordada como el escenario de uno de los crímenes más mediáticos y perturbadores de la crónica negra española. Allí fue a donde Rosario Porto -nunca se aclaró si Basterra también fue o no- se llevó a Asunta ya drogada para asfixiarla. Una vez muerta, la niña fue abandonada en una cuneta cercana, al lado de una pista forestal en la que siete años después se conservan las flores y los peluches que los vecinos dejaron en señal de duelo.
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