Once años después de su irrupción en Cataluña, Albert Rivera cree que su partido está preparado para «ganar» las elecciones del próximo 21 de diciembre. El líder de Ciudadanos ve a Inés Arrimadas con posibilidades de ser presidenta pese a la previsible fragmentación y las dudas que manifiesta respecto al papel del PSC. Dudas que se convierten en recelo y desconfianza cuando se explora la posibilidad de que sea Catalunya En Comù la fuerza determinante tras los comicios. En esta entrevista con ABC muestra sus pegas con el cupo vasco, evidencia su distanciamiento con el PSOE y aboga por comenzar a reformar la Constitución advirtiendo de que los grandes cambios del país pueden abordarse sin tocar la Carta Magna. 1.Entramos en la semana del aniversario de la Constitución. ¿Es urgente la reforma? Yo creo que es necesaria. Lo hemos llevado en el programa. Pero con dos condiciones. Tiene que ser una reforma de muchos aspectos, no solo del tema territorial. Es verdad que hay que aclarar competencias y hablar de financiación autonómica. Pero también del sistema electoral, de la supresión de aforamientos, de la reforma del Senado, de la sucesión de la Corona. No vamos a abordar una reforma constitucional solo para Cataluña, sino para todos los temas pendientes. Y en esa reforma nosotros nunca estaremos a favor de que salgan privilegios territoriales. Es decir, tiene que hablarse de ciudadanos, de libertades, de derechos sociales, de reformas institucionales. Pero de ahí no puede salir ni un cuponazo a la vasca ni un referéndum de autodeterminación. Nuestra condición para avanzar con el PSOE –con el PP cuesta más porque no quieren reformar nada– para poder sentarnos y marcar el perímetro de actuación es que la reforma no sea solo territorial y que de ella no salgan privilegios ni ciudadanos de primera y de segunda. Me temo que el PSOE va por ahí, con la idea de reconocer a Cataluña como una nación. Otros hablan del cupo catalán y yo creo que eso no es ni justo ni sostenible. Lo que estoy viendo me choca bastante porque no es una reforma para todos los españoles sino una especie de traje a medida para que los separatistas acepten el marco constitucional. ¿En la subcomisión del congreso? Nosotros proponemos una mesa de juristas expertos que nos propongan un documento base para negociar y marquemos el perímetro. Hay que buscar los puntos que nos unen, porque si no no habrá consenso. Pero la comisión de Sánchez, la comisión de la nación de naciones, a nosotros no nos convence. Nos parece que es un parche que se centra solo en la cuestión territorial sin que contente a nadie, porque tampoco se han sumado los nacionalistas. Yo soy partidario de en 2018 abrir el debate serio de reforma constitucional. Primero hay que tener un documento base y luego sentarnos en la subcomisión. Porque una comisión para que venga Rufián a hacer de las suyas creo que no sería muy útil… ¿Pero es una reforma urgente? Porque con esta aritmética parlamentaria el resultado puede ser la falta de consenso. Tiene que empezarse ya a trabajar eso. Otra cosa es cuándo se vota. Si es en esta legislatura o no. Es importante que en 2018 se empiece a hablar de una actualización, de una mejora. Pero hay que dejar clara una cosa, para no ser injustos con nuestra Constitución. El paro, la corrupción, el modelo educativo… no son problemas de nuestra Constitución. Hay muchas leyes que cambiar que podrían traer muchos cambios a España sin necesidad de tocar la Constitución. Que nadie se confunda. El cambio que algunos defendemos es un cambio para mejorar la base institucional de España, para impulsar otra vez el proyecto común. Pero los problemas reales como la precariedad laboral… no nos engañemos, eso es una cuestión de Gobierno. Lo digo para que no culpemos como chivo expiatorio a la Constitución de todos los problemas. Para ser justos, ya que hemos tenido una buena constitución hemos podido frenar el golpe separatista. Nuestra Constitución ha demostrado ser buena, pero han pasado 40 años y como partido reformista no solo no nos oponemos sino que la vamos a estudiar. Hablaba del cupo. ¿Es injusto? ¿Es un privilegio? El cupo vasco representa la ruptura de una caja común. Es cierto que es un artículo constitucional. Pero no porque lo sea es algo infranqueable. Siendo así, a lo que nos obliga el artículo 138 de la Constitución es a que ninguna autonomía tenga ningún privilegio. Y este cupo que se ha calculado dota de privilegios económicos a una comunidad por un acuerdo político. Pero Ciudadanos no propone su supresión Mientras siga existiendo el concierto vasco, el próximo cálculo del cupo que tengamos que hacer hay que encargárselo a técnicos y expertos que hagan un cálculo real de las competencias del Estado en el País Vasco. Y no un pacto político para dar millones de euros a cambio de escaños. ¿Este cálculo da al País Vasco más dinero que el que le corresponde? No es una creencia, es que el grupo de expertos así lo manifiesta y los responsables de las principales entidades económicas lo han dicho. Si tú eres la segunda comunidad en renta per capita y se supone que deberías aportar a la caja común y acabas recibiendo 3.700 millones cada año, evidentemente el resultado es insolidario. Una comunidad que genera más riqueza debe colaborar más, el ejemplo es Madrid, pero también Cataluña. Aporta incluso la Comunidad Valenciana estando por debajo de la renta per cápita. El comportamiento del cupo vasco tal y como se ha calculado es que una comunidad rica acaba recibiendo dinero como si fuera una comunidad pobre. ¿Ciudadanos cree que País Vasco debe aportar más a la solidaridad? El problema es, primero, si asumimos que hay un concierto, que es constitucional aunque a mí no me parece un sistema ni moderno ni avanzado, lo que hay que hacer es calcular bien las competencias y el coste. Con el sistema actual no hay muchas más…
Via: «He visto al PSC traicionarnos muchas veces. Hacen un discurso nacionalista para mimetizarse y ganar votos»
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