La idea de una sociedad automatizada, plagada de robots tanto en el hogar como en el trabajo, fue una de las utopías —y distopías— con las que reaccionó la literatura a la introducción de los sistemas de automatización. A principios del siglo XX, el uso de automóviles y semáforos popularizó la automatización a pie de calle. Desde entonces, el número de máquinas y procesos automáticos en nuestras vidas ha aumentado exponencialmente: las lavadoras, los cajeros automáticos, el enfoque de las lentes de una cámara de fotos, las puertas, el lavado de coches, el termostato… Y el temor inicial que en su día despertaron ha dejado paso a una sensación de rutina. La automatización es tan corriente, que ni siquiera nos percatamos cuando nos topamos con ella.Seguir leyendo.
Via: Por qué no hay que tener miedo de la inteligencia artificial
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Pedro Sánchez corrige: pedirá 140.000 millones a la UE y no sólo los 70.000 de inversiones
El Gobierno había apuntado que los otros 70.000 millones en préstamos tal vez no se pedían y se servían sólo de las ayudas directas Leer Via: Pedro Sánchez corrige: pedirá 140.000 millones a la UE y Read more…