Ricardo Mena-Bernal Romero: una lección insuperable

El pasado 27 de marzo, mientras procesionaba el Cristo de la Buena Muerte, el soberbio crucificado del Martes Santo que tallara Juan de Mesa, nos dejaba el doctor Ricardo Mena-Bernal Romero. Nacido en Alanís de la Sierra en 1934, estudió Bachillerato en los Escolapios y posteriormente la carrera de Medicina en la Universidad de Sevilla, finalizándola en 1957 a los 23 años. En la misma facultad donde realizó sus estudios se doctoró con la calificación de sobresaliente «cum laude». Posteriormente, en el Hospital de las Cinco Llagas, obtuvo el número uno en las oposiciones de médico de guardia, y fue jefe del servicio de Traumatología y Ortopedia del hospital universitario. Miembro de la Real Academia de Medicina, de la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y miembro fundador de la Sociedad Andaluza, fue representante de España en la reunión de la Comisión de Cirugía Ortopédica del Mercado Común. Encarnó al Rey Gaspar en la Cabalgata del Ateneo de Sevilla de 1980 -el mismo año en el que su hija María José fue Estrella de la Ilusión-. Fue además presidente del grupo de Alianza Popular en el primer e histórico Parlamento de Andalucía de 1982 a 1986 y diputado en el Congreso por la provincia de Sevilla en la tercera legislatura, entre los años 1986 y 1989, periodo en el que fue portavoz de Sanidad y perteneció a la Comisión del V Centenario. No solo se implicó en la política sino que estuvo muy comprometido con Sevilla, como así lo demuestra su labor y su vinculación con la Semana Santa sevillana, especialmente con la hermandad de Los Estudiantes, donde fue hermano mayor y en 1973 revolucionó el mundo universitario con dos aspectos relacionados con la hermandad que presidía, ya que ese mismo año se creó la primera cuadrilla de hermanos costaleros y se celebró el primer Pregón Universitario. Fue también pregonero de la Semana Santa de Sevilla en el año 1974. Casado desde hace 57 años con Encarna Escobar Gamero, Mena-Bernal fue además, y sobre todo, padre ejemplar para sus cinco hijos. Protagonista de una trayectoria «brillante», calificativo que recibió también su pregón de Las Glorias del Año 1992. Como dijo al concluir su pregón de la Semana Santa de Sevilla en el año 1974: «Nos hablas de Amor siempre, Señor, y nos hablas de Esperanza, cuando te vemos en Tu Cruz, Cátedra universitaria y Universal, dándonos a todos una insuperable lección, con tu comprensiva, paciente, tranquila, pacífica, bella, limpia, serena, dulce, amorosa, esperanzada y Buena Muerte…»
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