Ya puede decirse que Irene Montero y Pablo Iglesias son pareja sin incurrir en comportamientos machistas. Ellos mismos autorizan la divulgación del maridaje desde el momento que han anunciado la buena nueva de los mellizos. Se ha formalizado la relación conyugal con la noticia del embarazo. Y ha invadido de gozo a la familia podemista, no ya porque la felicidad de los líderes es la dicha de todos, sino porque la fertilidad implica una alegoría política del porvenir. Cuando Podemos titubea, se desmaya en las encuestas y se aferra a la nostalgia de la calle la procreación, traslada a la feligresía una bocanada de optimismo. Supone un mensaje de Epifanía que acaso aspira a la creación de un linaje, de una república hereditaria, de una familia sagrada.Seguir leyendo.
Via: Una balada de amor en el rock duro de Podemos
Categories: Spanish News