En una esquina de la sala subterránea de la Fundación Carlos de Amberes, abarrotada con más de 200 personas, permanece tranquilo Eduardo Solís (Valencia, 1962). Este maestro de danza y coreógrafo ha venido a la subasta de cientos de objetos del, ahora cerrado, hotel Ritz de Madrid. Tiene una idea clara: conseguir el farol de entrada que ha dado la bienvenida a los huéspedes de este establecimiento desde su apertura en 1910.Seguir leyendo.
Via: El misterioso pujador 158 arrasa en la subasta del Ritz de Madrid
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