¡Lo servimos al momento! Así lo promete la publicidad en la sociedad de la impaciencia. Lo dañino de esa anhelada inmediatez es que está acabando con nuestra capacidad de ser pacientes, ese desfasado antídoto natural contra la ansiedad. Todo se conjura para debilitar un mecanismo de defensa que a los niños antiguos se nos hacía ejercitar a diario, pero está visto que hasta a nosotros que crecimos en una sociedad con menos estímulos se nos ha quedado fofo el músculo de la paciencia. Igual que queremos el libro o la compra a domicilio sin demora, borramos de inmediato el estrés con un ansiolítico, cuando nuestra naturaleza no está preparada para esas prisas.Seguir leyendo.
Via: Un dolor que no caduca
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Pedro Sánchez corrige: pedirá 140.000 millones a la UE y no sólo los 70.000 de inversiones
El Gobierno había apuntado que los otros 70.000 millones en préstamos tal vez no se pedían y se servían sólo de las ayudas directas Leer Via: Pedro Sánchez corrige: pedirá 140.000 millones a la UE y Read more…