El líder de los Miguelianos: «Por un abrazo me han metido cuatro años en la cárcel»

Tres días después de conocer la sentencia que lo condena a 9 años de prisión por abuso sexual continuado, el mentor espiritual de Orden y Mandato se ha presentado ante los medios para clamar su libertad y adelantar que esta condena será recurrida. Acompañado por su abogada y por algunas de las consagradas de la asociación, Miguel Rosendo ha afirmado que «por un abrazo me metieron cuatro años en la cárcel» y ha deslizado que la víctima de estos abusos fue «obligada» a declarar en su contra «porque todo es mentira». «No tengo odio a nadie, ni quiero cargarme a nadie, pero sí limpiar el nombre de Orden y Mandato que siempre ha actuado bajo la bendición de la Iglesia» ha indicado el procesado después de conocer que la petición inicial del fiscal del caso, de 66 años de prisión, quedó reducida a solo 9 años de los que serán restados los 4 que pasó en prisión provisional. Sobre esta limitada condena, la letrada Beatriz Seijo ha manifestado que «hemos sido sometidos a una presión social que no nos dejaba respirar» y ahora un tribunal ha afirmado que «esto nunca fue una secta». Ahondando en los pormenores del fallo de la Audiencia de Pontevedra, la letrada ha expuesto que «el tribunal descarta la veracidad de tres de las cuatro acusaciones por abusos por incoherentes e incongruentes». En su alocución, la defensa ha mantenido que Rosendo es inocente de todas las acusaciones y ha resaltado la «dureza» del tribunal en contra de unas declaraciones «que ya no se sostenían en la fase de instrucción». Estadía en la cárcel Entre lágrimas, Rosendo ha tomado la palabra para revelar la dureza de los cuatro años que pasó en la cárcel de Teixeiro, lo que calificó como «una herida muy profunda». A continuación ha indicado que «creo en la Iglesia y nadie en este mundo me va a robar la fe». A la acusación particular conformada por los padres de algunas de las integrantes de la asociación, Rosendo les ha enviado un mensaje rotundo: «Yo nunca aparté a sus hijos de ellos». Sobre su futuro, el religioso ha asegurado que todavía no tiene claro si volverá a constituir una nueva asociación porque «lo que ahora me ocupa es demostrar mi libertad». De ahí el «complejo recurso de casación» en el que ya trabaja su defensa.
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