El nuevo juicio celebrado estos días contra el expresidente balear Jaume Matas, en el marco de las piezas 8 y 9 del caso Palma Arena, ha quedado este miércoles visto para sentencia. En sus conclusiones finales, la Fiscalía Anticorrupción ha rebajado de cuatro a tres años de cárcel la pena solicitada para Matas, por la presunta contratación irregular de los arquitectos que diseñaron y construyeron el velódromo. El Ministerio Público atribuía inicialmente al exmandatario isleño los delitos de fraude a la Administración y prevaricación en concurso con falsedad. Por su parte, el abogado de Matas, José Zaforteza, ha pedido esta mañana que el juicio sea declarado nulo, propuesta a la que se ha opuesto el tribunal. La Fiscalía se había opuesto ya previamente a la posible adopción de dicha medida, porque consideraba que en caso de que la solicitud de la defensa hubiera sido finalmente aceptada, podría haber afectado al conjunto del caso Palma Arena y a las distintas piezas separadas de que consta, que llegaron a ser 28 en total. Para pedir la nulidad de todas las actuaciones en este juicio, Zaforteza ha argumentado que durante la vista oral habría quedado demostrado que el juez instructor del caso Palma Arena, José Castro, habría empezado a trabajar en esta causa antes de que le hubiera sido legalmente adjudicada, posibilidad que la normativa española no permite. El abogado de Matas ha señalado, en ese sentido, que la pasada semana un testigo —arquitecto de profesión— habría dicho que Castro le propuso estudiar ya el caso incluso antes de que la Fiscalía Anticorrupción presentase la querella que finalmente dio origen al inicio de todo el proceso. Las piezas 8 y 9 del caso Palma Arena han sido juzgadas en la Audiencia Provincial como una sola. En la pieza número 8 se había investigado el proceso de contratación por parte del Govern del arquitecto alemán Ralph Clemens Alexander Schürmann, que en 2004 fue la persona elegida para diseñar el proyecto del velódromo. Por lo que respecta a la pieza número 9, las indagaciones se centraron en la contratación de los hermanos García Ruiz, que colaboraron inicialmente con Schürmann y que a partir de 2006 continuaron en solitario con el proyecto. Las contrataciones de los tres arquitectos se hicieron sin que previamente se hubiera convocado un concurso público. Al inicio de este juicio, Matas se declaró inocente de los delitos que se le imputaban. El expresidente autonómico sólo reconoció que si bien tomó en su momento «la decisión política» de construir el velódromo, para la celebración del Mundial de Ciclismo en Pista de 2007, luego se habría mantenido completamente ajeno a los pormenores técnicos o administrativos de la ejecución del proyecto. Schürmann estaba colegiado en Alemania, por lo que legalmente era preciso que trabajase junto con algún arquitecto español para poder llevar a cabo su proyecto. «Llamé a los señores García Ruiz y les pregunté si podían ayudar a este señor —Schürmann— en este cometido», explicó Matas el lunes de la pasada semana a preguntas de la Fiscalía. Schürmann fue despedido por el Govern en marzo de 2006 por no estar cumpliendo los plazos fijados. A partir de ese momento, los hermanos García Ruiz pasaron a dirigir las obras. Arrepentido Junto al exmandatario balear se ha sentado también en el banquillo el ex director general de Deportes José Luis «Pepote» Ballester. Por su condición de acusado arrepentido, antes del inicio del juicio Anticorrupción sólo pedía para el exregatista olímpico una pena total de seis meses de prisión, sustituibles por una multa. Según «Pepote» Ballester, habría sido Matas quien avaló la contratación de Schürmann, tras conocer que había sido recomendado por la Unión Ciclista Internacional. En cuanto a los hermanos García Ruiz, el ex director general de Deportes se desvinculó ante el tribunal de la decisión de contratarles. Por su parte, la mayor parte de los testigos que han comparecido en este juicio han coincidido en indicar que Matas y «Pepote» Ballester habrían sido los impulsores del proyecto del Palma Arena y que además tomaron las decisiones importantes en relación a esta iniciativa, si bien «Pepote» Ballester habría estado siempre supeditado a Matas. Por lo que se refiere al proceso de contratación llevado a cabo, una testigo reconoció que no se realizó ningún expediente administrativo para justificar el fichaje de los tres arquitectos citados, si bien añadió que la Administración puede, en determinadas circunstancias, contratar sin haber convocado previamente un concurso. Uno de los principales testigos en esta causa, el propio Schürmann, declaró finalmente esta semana ante el tribunal, tras varios requerimientos previos. El arquitecto alemán achacó su cese a que habría solicitado una mayor transparencia a la hora de ejecutar todo el proyecto. Asimismo, defendió su capacidad para construir instalaciones deportivas como el Palma Arena. Cabe recordar que, hasta el momento, el expresidente balear ha sido condenado en firme en dos de las piezas del caso Palma Arena ya juzgadas y resueltas. En un caso, debió cumplir una condena de nueve meses y un día de cárcel por tráfico de influencias, en concreto por favorecer a un amigo periodista con una subvención. En el otro caso, debió abonar 9.000 euros de multa por cohecho, al considerar el jurado que había presionado a un hotelero para que contratase a su esposa, Maite Areal. Más recientemente, en febrero de este año, el tribunal del caso Nóos condenó a Matas a tres años y ocho meses de cárcel por un delito de prevaricación —en concurso con falsedad y malversación— y otro de fraude. Dicha pena se encuentra recurrida en la actualidad ante el Tribunal Supremo.
Via: La Fiscalía pide tres años de cárcel para Matas por el Palma Arena
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