El aire de la ciudad de los vientos se ha congelado. Desde el cielo, parece como si hubiesen roto un saco de harina sobre todo Chicago. Los techos de las casas, los coches, los bosques, cada rincón está cubierto de nieve. Las extraordinarias bajas temperaturas, que han alcanzado este miércoles los -28º, con una sensación térmica de -50º, han craquelado el lago Michigan. Se podría caminar sobre él mientras se cuela aire frío. Pocos han podido apreciar la ciudad desde las alturas porque cerca de 1.300 vuelos del Aeropuerto Internacional Chicago-O’Hare, uno de los más transitados del país, han sido cancelados. “Suelo tardar una hora desde el aeropuerto al centro de la ciudad, pero ahora que no hay coches son 20 minutos”, explica Ekel, taxista que conduce con cuidado por el hielo en las calles.Seguir leyendo.
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