El 5 de diciembre del 63 antes de Cristo Cicerón pronunció en el Senado estas palabras: «Desvelaos por salvar a la patria, mirad en torno vuestro las tempestades que os amenazan». Y prosiguió: «La patria corre peligro por las teas y las armas de una conspiración. Vuestra decisión de hoy va a servir para que en adelante nadie pueda volver a repetir tan execrable maldad». Merece la pena releer la cuarta catilinaria de Marco Tulio Cicerón, cuando, desarticulada la conjura para acabar con la república e instaurar una dictadura en Roma, pide para los cómplices de Catalina un castigo ejemplar. En aquel momento Roma estaba dividida entre los partidarios de Silano y el propio Cicerón, que proponían la máxima pena para quienes… Ver Más
Via: El riesgo de la magnanimidad
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