Cuando el reloj marca las once de la mañana, Roger Federer (Basilea, 37 años) aparece sonriente en el reservado para jugadores de la Caja Mágica y atiende a EL PAÍS junto a otros dos medios internacionales. Se interesa por cómo va el día de sus interlocutores, da un apretón firme de manos y en cuanto se activa la grabadora construye un discurso a la altura de su obra. Luce delgado, pero fuerte. Su rostro está bronceado. Domina los tiempos de la conversación, bromea y mira fijamente a los ojos mientras habla. De vez en cuando se atusa el flequillo revoltoso y gesticula para reforzar la explicación. Impecable en las formas, cierra con elegancia el encuentro. Cuatro años después, el suizo ha vuelto a Madrid. La leyenda sigue, sigue y sigue.Seguir leyendo.
Via: Federer: “Si pudiera elegir, sería una persona corriente”

Categories: Spanish News