La sala del Consejo de Ministros del Palacio Chigi, una enorme estancia con techos de diez metros de altura y un busto de bronce de Marco Aurelio, fue el 20 de abril de 1770 el escenario de un sonado concierto de Mozart para la familia principesca. El miércoles, a las cuatro de la tarde, 250 años después, los ujieres de la sede de la presidencia del Gobierno toman café mientras comentan la última eliminatoria de Champions League. Una hora antes se ha dirimido aquí uno de los mayores pulsos entre la Liga y el Movimiento 5 Estrellas, las dos fuerzas que forman el Gobierno de Italia desde hace un año. Una guerra que amenazaba, de nuevo, con hacer saltar por los aires el Ejecutivo. Nadie sabía antes de entrar qué podía suceder. Pero el primer ministro, Giuseppe Conte (Volturara Appula, 1964), impuso su criterio obligando a cesar de su cargo al secretario de Transportes, Armando Siri, hombre fuerte de la Liga envuelto en un caso de corrupción.Seguir leyendo.
Via: “Europa no necesita derivas nacionalistas, pero tampoco europeístas baratos”
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