A primera vista, no son más que unas cajas polvorientas en un sótano mal iluminado en una librería de viejo en el barrio de Saint-Germain-des-Près, en París. Nadie diría que ahí abajo, al final de las escaleras angostas y el techo bajo que obliga a agachar la cabeza, se encuentra uno de los mayores tesoros de las matemáticas contemporáneas, o quizá un montón de papeles sin otro valor que el sentimental.Seguir leyendo.
Via: La última ecuación de Alexandre Grothendieck

Categories: Spanish News