Cannes lógicamente siempre ha dedicado celo y amor al cine francés. Incluso tienen oportunidad de concursar aquí múltiples cinematografías exóticas, películas asiáticas, africanas, latinoamericanas, a condición de que hayan sido coproducidas con Francia. No todas, por supuesto, pero esa fraternidad ayuda mucho si pretende venir a Cannes. Y existió hace mucho tiempo una tradición de directores franceses cuyo cine era tan atractivo como heterodoxo. Y no me refiero a la nouvelle vague (allí hubo de todo y para todos los gustos), sino a justificados clásicos, o rarezas con un mundo identificable. Creadores con estilo propio y mucho que contar.Seguir leyendo.
Via: Sin conexión con el mundo de Desplechin y Dolan

Categories: Spanish News