Cangas do Morrazo fue el primer pueblo de España en el que tuvo que intervenir una gestora municipal desde que al país volvió la democracia. En esta localidad costera de Pontevedra de 26.500 habitantes, los vecinos se echaron a la calle en junio de 1989 e hicieron guardias durante diez meses para que el alcalde, el socialista Lois Pena, no pisara el concello. Su pecado fue subir unos meses antes el impuesto de la contribución urbana (el IBI) hasta un 500%.Seguir leyendo.
Via: El pueblo rencoroso con el PSOE

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